El artista llenó el Teatrillo para la presentación triunfal de Antihéroe ante el público de la ciudad que lo vio nacer.
No existe el “nadie es profeta en su tierra” para Juanjo Ceccón, que el sábado 5 de agosto llenó el Teatrillo Municipal José F. Guarch de su ciudad natal, para la presentación de Antihéroe, el trabajo discográfico que le valió una nominación al premio Gardel, como Mejor Álbum Nuevo Artista Pop.
Años atrás, grandes nombres de la música nacional llegaron a Arroyito en sus momentos de auge, pero no superaron las expectativas de público. Juanjo anunció su show en mayo, y a dos días de la realización, las entradas estaban agotadas. El sábado, un Ceccón auténtico se subió a ese escenario que tanto quiere, porque está en su barrio, en ese teatro que implica una gran carga emotiva, porque hasta las butacas forman parte de su historia familiar.
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Los asientos del “cine de Bergonzo” atesoran los estrenos que fracasaron y aquellos más taquilleros, los comienzos y los finales a algunas relaciones, y los malos días de los que iban a olvidarse. Todas esas butacas fueron testigos del esperado regreso de este artista arroyitense que pisó la meca de la fama, Buenos Aires, pero que estaba ansioso por volver a la tierra donde nació y creció. Acá, donde no hay sinfonías agridulces, porque todos se alegran de su presente.
En este banquete que armó a su medida, eligió con cuidado a los comensales. Su banda, Los especiales ocupó un lugar de privilegio. Juan Arce en percusión, «Lulú» Luquieri en batería, «Chelo» Cabrera en guitarra, Luis Núñez en bajo y Julián Rey en sintetizador. Matías «Cuchi» Cussino fue el operador de sonido y la iluminación estuvo a cargo de «Pachi» Calderón.
También hubo tiempo para grandes invitados. Gerardo Lemos, a quien Juanjo definió como “mi gran hermano mayor” lo acompañó en “Los lunes”. Facundo “el Tucu” Quiroga mereció el reconocimiento a su caudal vocal antes y después de la versión zamba de “Ciegos en la terraza”. Por su parte, Atsoca, el rapero local, tuvo su momento protagónico cuando cantaron juntos “El rey del cementerio”. Sobre el final, Gonzalo Ascárate y Daniel Strubia, dos ex Qué te pasa Squash?, rockearon con «Skaleras».
El espectáculo, que coqueteó tanto con el rock-pop, como con el reggae y el ska, pasando por algún compás cumbiero, paseó al público a través de hits propios –con estribillos sabidos de memoria- y ajenos: clásicos del rock vernáculo, como “No voy en tren voy en avión” y “Los dinosaurios”, de Charly García. Juanjo fue de la cama al living del escenario: pasó del piano a la guitarra y también se dio el gusto de bailar pegado al pie de un micrófono.
Si bien la mayoría del recital mantuvo a los asistentes pegados a las butacas, algunos momentos ameritaron que los presentes se pusieran de pie. Un coro permanente se sintió cuando, entre otras, Ceccón cantó “Kamino”, tal vez el tema más esperado de la noche. El artista cumplió con su público, el más fiel, el de la ciudad que lo vio nacer y agarrar las baquetas cuando tan solo tenía 11 años. Y, aunque hoy ya no camine sus calles todos los días y su vida esté constituida en otro lugar, cuando vuelve, siente que nunca se fue, que ésta siempre será su casa.
Texto: Natalia Marchisoney.
Foto: Revista Volátil.