El nacimiento cuenta con 48 piezas, que representan pasajes de la vida de Jesús. Fue comprado en Roma.
En esta época de elevado consumo, compras compulsivas, comidas abundantes y brindis reiterados, no es mala idea recordar el verdadero significado de la Navidad para los cristianos: el nacimiento de Jesús. Con esta finalidad y mucha creatividad, es que el secretario de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, Luis Gallo, arma, desde hace años, un Pesebre tan original como impactante.
El nacimiento contempla la utilización de, hasta el momento, 683 piedras procedentes de todo el mundo (España, Alemania, Grecia, Italia, la ex-Yugoslavia, Francia, Turquía, Estados Unidos, Perú, Chile, Uruguay, Brasil, Colombia, México, República Dominicana, Israel, Jordania y Argentina) y 48 piezas, algunas de las cuales representan diversos pasajes de la vida del hijo de Dios. Por ejemplo, la Verónica, quién secó el rostro de Jesús cuando iba camino del Calvario y quedó impreso en la tela. “Lo compré en Roma en 1995”, cuenta Luis. Fue cuando viajó por primera vez a la capital italiana.
El dueño de esta obra de arte explica que “para armarlo, ya que trato de hacerlo distinto todos los años, son casi tres días y siempre le encuentro algo que no me gusta, lo cambio, o le agrego cosas”, remarcando que “La idea de incorporar las piedras me surgió en el año 2007, estando en Villa La Angostura, y vi en el Lago Nahuel Huapi la diversidad de piedras en colores y formas para incorporarlas como adorno y después comencé la colección de piedras de los lugares a los cuales viajaban familiares y amigos que me traían, entonces pensé que esas piedras representaban el lugar y las personas que habitaban en él, en el Pesebre, como homenaje a Jesús que nacía”.