Julio, María José y sus dos hijos recibirán las llaves de la vivienda en un barrio de Carbajales –a la vera de la E–52-.
Los comerciantes de nuestra ciudad Julio Ávila (fotógrafo propietario de un laboratorio sobre calle Sarmiento) y María José Carnevale (dueña de una librería situada en la intersección de Caseros y Falucho) están juntos desde hace 15 años y tienen dos hijos (de tres y nueve), frutos de su amor. Como –casi- todas las familias arroyitenses de clase media, soñaron siempre con la casa propia. Ese anhelo que responde, no solo a la necesidad de la tenencia de un techo físico que los contenga, sino también al concepto de hogar permanente, donde afincarse y arraigarse juntos.
El matrimonio conoció a Márquez y Asociados hace dos años y medio, a través de Facebook. Ella vio la publicidad y ambos decidieron contactarse con el vendedor, coordinaron la entrevista y fueron a la empresa para asegurarse de que era algo serio. En esa misma reunión ingresaron al sistema de financiación de Márquez y Asociados, firmando el contrato y haciendo todos los trámites necesarios. Después pagaron las cuotas a lo largo de 12 meses y licitaron con el 70% del valor de la vivienda (solo una de las diversas opciones). En dos o tres meses, la empresa cordobesa comenzó con la obra, sobre un terreno propio de esta familia –aunque aclaran que, si así no fuese, Márquez facilita préstamos para la compra del lote, y la financia-.
“Esta era la opción más accesible para la construcción de una casa. Y otras cosas que no se tienen mucho en cuenta, como el manejo de la obra, de materiales, de albañiles, pagos, muchas cosas de las que te desligás y te sentís aliviado”, remarca Julio a El Arroyitense.
Este no fue el primer intento de la pareja. Años atrás, Julio y María José tardaron ocho años en “casi terminar” una casa propia, la cual vendieron para que él se independizara y comprase en su propio laboratorio fotográfico. Fue una decisión difícil y, a pesar de ello, no se dieron por vencidos. Empezaron de nuevo y, ahora sí, están a un paso de que se cumpla su sueño. “Algún día queríamos tener de nuevo nuestra casa, salió esta opción y está bárbara. En dos años, empezarla y terminarla es un sueño”, cuenta ella, con brillo en la mirada.
Antes del inicio de la obra se produjo una demora –cuentan- “porque le hicimos unas modificaciones al plano, de acuerdo a las necesidades de la familia. Se encontró un problema en el terreno que la empresa se encargó de solucionarlo, un banco de arena al medio de la casa. Limpiaron todo, acomodaron todo, pusieron ripio como se pone en la ruta, emparejaron, dejaron todo perfecto y después largaron. La casa que hoy vemos supera nuestras expectativas, es igual o mucho mejor a la de nuestros sueños. También en los detalles, que uno le hubiese puesto la lamparita con el foco colgando y no sucedió, porque son todas luces led; los baños completos, con mamparas o con bañeras, ellos te dan a elegir; todas las aberturas de aluminio, pisos de porcelanato. Vos decís, `¿cómo puede ser que pagando lo que pagamos, nos hagan una casa con esta calidad?`”.
Julio y María José son elocuentes a la hora de referirse al sistema de construcción y a la empresa que eligieron y, aunque les cuesta cada palabra por la emoción que exteriorizan, coinciden en que “Ellos son muy atentos, te sacan de las dudas, te atienden bien, cualquier inquietud que uno tiene, ellos enseguida te lo solucionan. Cada parte de la obra se inspecciona, se controla y, si no se aprueba, se vuelve a hacer, se hace de nuevo hasta que queda bien. Cosas que no les gusta, vienen y cambian; todos detalles que ellos van agregando de acuerdo a cómo quieren que quede la casa, que es excelente. Venía el arquitecto, regulaba todo, que no faltara nada de nada. No conocíamos nada, entonces entramos a ir a ver, a investigar, fuimos a obras, a presentaciones y nos gustó mucho. Son muy responsables con todo” y aconsejan a quienes, como ellos, tienen el sueño de la casa propia: “Les diríamos que no tengan miedo, que si tienen alguna duda, que pregunten, pero Márquez, en este momento, es la mejor opción. Por no decir la única, vamos a decir la mejor. Es la única posibilidad que uno tiene, más que todo un empleado, de hacerse una casa bien, como la sueña y con materiales de primera calidad. Confíen, está probado y sabido que la empresa es muy buena y muy cumplidora con todo”.
Las llaves de la casa, ubicada en la calle Juan José Orellano 2031 del barrio Carbajales, a la vera de la ruta provincial E – 52, serán entregadas los días sábado 13 y domingo 14 de octubre. Allí también se podrá recorrer la vivienda y hacer consultas relacionadas con los sistemas de financiación vigentes.