Docente por muchos años en nuestra ciudad, hoy ya disfrutando el goce de la jubilación, decidió continuar estudiar, se recibió de abogada.
Desafiando el tiempo y demostrando que si se quiere se puede, Edilma Cavallo de Testa finalizó este lunes una nueva carrera universitaria, un sueño que tenía desde que finalizó el colegio secundario y que se materializó 50 años después.
Edilma no se quedó nunca quieta… desde chica quería ser abogada pero, al finalizar sus estudios de Nivel Medio, la posibilidad de estudiar en Córdoba era casi nula, la difícil situación que atravesaba el país en pleno proceso militar, truncó su sueño.
La vida transcurrió y Edilma comenzó a estudiar con una edad mayor a la habitual. A los 40 años consiguió el título de Profesora en Psicología, luego llegó la carrera pedagógica y el título en Ciencias de la Educación. Diplomado de por medio, la devotense se dedicó de lleno a la docencia por unos 24 años aproximadamente. Tras jubilarse y triste por la distancia con las aulas, su familia le recordó aquel sueño postergado y ahí empezó a escribirse una nueva historia para ella.
El día lunes 16 de noviembre, fue un día memorable, para Edilma, su familia y todos quienes la quieren y admiran. Desde su propia casa, pandemia mediante, rindió con un sobresaliente “10”, su trabajo y defensa final, alcanzando ese añorado título de abogada, que esperaba desde la adolescencia. Para ella, la emoción fue inmensa y también la alegría de poder comprobar, una vez más, que “si se quiere, se puede”.
Compartimos parte de su historia:
“Un día mi esposo me dice ¿por qué no estudias abogacía a vos que te gustaba y ahora podes hacerlo?, pasaron los días y la idea me empezó a dar vueltas en mi cabeza pero no quería viajar a San Francisco, estaba cansada, había viajado muchos años mientras daba clases. Días después, en un acto de inicio de clases en el CENMA me encuentro con David Lescano y el me comenta que había empezado a estudiar en la Universidad SIGLO XXI, me da el teléfono, al otro día llame y a los dos días fui y me inscribí, era abril de 2016. En 4 años y 7 meses hice la carrera, no tenía nada más que mis tareas de ama de casa y el resto del tiempo era para estudiar. Me arme un cronograma, me levantaba a las 5 de la mañana a estudiar, salía a caminar, volvía y seguía con la tarea escolares. Le dedicaba unas 4 horas diarias. Todo lo hice on line, salvo el primer año que fue semipresencial. Este año fue también virtual…. Hice un examen final con un resumen de todas las ramas del Derecho y después también tuve que presentar un trabajo final del análisis de un caso de la Corte Suprema de Justicia sobre el Derecho de acceso a la información pública. Me encantó el tema, estaba relacionado con un caso de un famoso periodista que pidió saber cuáles habían sido los Decretos que se dictaron en la época del Proceso, tema que también me apasionaba. Presente el trabajo en julio de este año y en septiembre me dijeron que estaba aprobado y que podía pedir la defensa oral, así lo y la fecha para la exposición era este lunes a las 18hs. A las 18.32 me mostraron la nota en la pantalla y se me aflojaron las patas de la silla, era un 10.
La felicidad fue enorme, la mía y la de mi familia… Todavía no he decidido qué hacer pero tengo algunas cosas en mente…Le agradezco a Dios y a todos. Siempre, siempre, hay que buscar la parte linda de las cosas que nos pasan. Se necesita mucha voluntad y muchas ganas para cumplir los sueños. Si tenes un porque hay un para qué…»
Fuente: Devoto Digital