El delantero de 18 años estuvo en el banco de suplentes e ingresó en el suplementario ante Boca en Madrid.
Julián Álvarez (18) acaba de ganar la Copa Libertadores con River. El cordobés apodado Araña, que nació el 31 de enero de 2000 en Calchín –pueblo ubicado 42 kilómetros al sur de Arroyito-, tiene un pasado curioso. A sus 11 años, el delantero se probó en el equipo de Núñez y también en Boca, llamando la atención de Barcelona y Real Madrid.
El conjunto merengue fue el que lo sedujo para que juegue allí, pese al intento del padre de Lionel Messi, Jorge, para convencerlo de que fuera al Culé. Es que la familia de Álvarez ya le había dado su palabra al Real Madrid.
Debido a la política del equipo español de no fichar jugadores menores de 13 años, sumado a que extrañaba a la Argentina y no quería estar lejos de sus padres, el pibe regresó al país con 16 años, para sumarse a la filial millonaria.
Este año, Álvarez viajó a Rusia con motivo de ser sparring de la Selección. En ese momento, Marcelo Gallardo se interesó por él y lo terminó incorporando al plantel de Primera para que disputara la Copa Libertadores y la Superliga.
Tras disfrutar de sus primeros minutos en un amistoso ante Talleres en septiembre pasado, tuvo su estreno oficial en el partido por la fecha 10 del torneo argentino, contra Aldosivi, el 27 de octubre. Una extensa charla que duró casi media hora en Valdebebas había disparado la ola de rumores: Marcelo Gallardo dialogó con Julián Álvarez luego del entrenamiento, dejando claro que lo analizaba para sorprender en la final. El domingo pasado en el Bernabéu, debido a las ausencias de Scocco y Borré, el futbolista -tasado en 15 millones de dólares antes de su debut- ocupó un lugar en el banco de suplentes riverplatense y entró en el suplementario de la definición contra Boca, saliendo campeón de la Libertadores frente al histórico rival.
Fuentes: Vía País – La Voz – Goal.