Columna especial del Lic. Ignacio Cabello
El filósofo polaco Bauman, fallecido a los 91 años en el 2017, había acuñado los conceptos de “Modernidad líquida”, tratando de explicar que en los tiempos que nos toca vivir, en las sociedades actuales lo que prevalece es el cambio constante de las instituciones, sus valores y formas de actuar. Por supuesto que esto incluye a los individuos que forman parte de las mismas.
Las realidades sólidas que vivieron nuestros abuelos, hechas con esfuerzo y tenacidad, construyendo su futuro a fuerza de constancia y sacrificio, hoy ya no existen. Todo cambia, los valores, los trabajos, el amor, etc. Todo se ha desvanecido y han dado paso a un mundo más precario, más veloz y provisorio.
Tal vez estos conceptos nos permitan comprender un poco más que le está pasando a nuestra Argentina en este proceso eleccionario presidencial que está en marcha.
Aún para los que tenemos más años que no significa que tengamos mayor sabiduría, nos resultan incomprensibles los acontecimientos sociales y políticos que día a día nos tocan vivir.
Y siendo más concretos con el reciente cierre de lista de candidatos presidenciales y diputados nacionales, ni Agatha Christie hubiese escrito una novela con todos los ingredientes que le son propios: los personajes peculiares que no pueden faltar, los conflictos entre cada uno de ellos, el telón de fondo y por último la mezcla adecuada para que salga el producto: la política argentina. Restando aún su desopilante final que sería el resultado de las elecciones.
Así
las cosas, como lo expresa David Lebon
en su hermosa canción “El tiempo es veloz”… “perdona mi amor…
por tanto hablar, es que quiero ayudar
al mundo cambiar…” y nadie se anima, y el tiempo se nos escurre como arena
entre los dedos de las manos.
En estos ingredientes de la novela política uno ve con espanto que un tema medular de las próximas décadas y que de ello depende el futuro de nuestros jóvenes y de nuestra sociedad, no es mencionado por nadie, el tema de la educación. Nadia habla de ella. Será que también se nos escurrió entre los dedos…
Falta prácticamente nada para ir nuevamente a las urnas y ejercer nuestro derecho ciudadano para elegir a nuestros representantes. Esperemos que nuestras ilusiones y ganas de ver un futuro mejor y aferrarnos a nuestros ideales hagan un poco más estable y previsible esta sociedad líquida.