El comisario Berardo explicó que la policía no puede controlar el consumo en esos casos, porque el evento se realizó en un domicilio particular.
Durante la madrugada del domingo 5 de marzo, en una vivienda particular de la calle Bartolomé Mitre –zona céntrica-, se realizó una fiesta, que contó con la asistencia de más de 100 personas, en su mayoría, menores de edad.
El evento fue organizado vía redes sociales, en particular la favorita de los adolescentes, Instagram, en su función «Direct» –que sirve para el envío de mensajes privados a otros usuarios-. Un asistente al evento contó a EL ARROYITENSE que «entrabas a cambio de que llevaras lo que ibas a tomar».
Según el mismo testimonio, el festejo se desarrolló en la cochera, el pasillo y el patio de la casa, donde había un baño químico, una cabina de DJ y un tablón lleno de jarras y botellas con alcohol. Las puertas que comunicaban con ambientes del domicilio estaban cerradas con llave.
El comisario Pablo Berardo le expresó por teléfono a FM Top 99.9, que la policía no puede hacer nada en esos casos. Solamente «si surge un inconveniente que se traslada a la vía pública».
El jefe policial explicó que se trató de «una invitación a un domicilio particular, al cual nosotros no podemos ingresar, salvo que tengamos una orden de allanamiento, pero tampoco lo amerita. Es como que se festeje un cumpleaños y yo entre a controlar si hay menores tomando o no. De ocurrir algo dentro de esa fiesta privada, el responsable directo es el propietario de la vivienda. No podemos hacer nada, como tampoco podemos hacer nada en los cumpleaños de 15. No hemos mandado adicionales ni a las fiestas de egresados ni a los cumpleaños de 15. No podemos avalar una barra de alcohol en la cual van a consumir menores de 18».
El hijo de los dueños del domicilio, de 17 años, aparece como la cara visible del armado de la fiesta. Atendió a la policía en las tres oportunidades en las que los uniformados acudieron al lugar, tras denuncias de vecinos por ruidos molestos y presencia de menores en la calle. La fiesta se detuvo, pero no se realizó un procedimiento por el consumo de alcohol. Solo se entrevistó al joven y se le hizo cortar la música. Pero los procedimientos por alcohol se realizan solo si se constata en flagrancia que los menores han consumido en un comercio, bar o boliche determinado. De lo contrario, «no hay forma de comprobar quién facilitó las bebidas. El dueño de la fiesta puede aducir que él no les dio alcohol», dijo Berardo y añadió: «tiene que mediar una denuncia para que nosotros podamos efectuar el procedimiento».