Leila Ludueña recuperó la libertad. Este fue el dramático relato de Marcelo Ludueña con respecto a la situación de su hija.
«Fue en la mañana del lunes, que ella supuestamente salía porque tenía una clienta, porque es peluquera y está haciendo trabajitos para ir aprendiendo. Salió normalmente como suele salir siempre. Me llamó la atención que era muy temprano y que era día lunes, que es muy raro que haya algún trabajo», comenzó a relatar esta mañana en FM TOP 99.9 Marcelo Ludueña, padre de Leila, la chica de 20 años que fue encontrada en San Bartolomé tras ausentarse de su hogar de Arroyito durante un día.
«Llegó el mediodía, que es la hora en que siempre vuelve, porque tiene que preparar la comida. No volvió al mediodía. No estaba conectada al Whatsapp; no recibía mensajes ni llamadas. Nos empezamos a preocupar. Empezamos a averiguar con las abuelas, donde siempre sabe ir. No había ido. La mayoría de las amigas son vecinas y ahí no había estado».
Ludueña dio a entender que ya había vivido una situación similar con la joven: «Ya se hicieron las cuatro, cinco de la tarde y empezamos a acordarnos del problemita que habíamos tenido tiempo atrás, y ahí empezamos a dar vueltas para ver si no andaba por los lugares donde calculábamos que podía andar su expareja. No encontramos a nadie, así que fuimos a la Policía».
Algo que no se había mencionado en el informe policial es que los efectivos, en un primer momento, se dirigieron al domicilio del exnovio de Leila, Víctor Hugo Gallegos, de 29 años. El muchacho estaba presente, pero según les manifestó, sin la joven.
«Yo no me quedé tranquilo, entonces empezamos a buscar por otro lado. En ningún lado había estado. Hablamos con el comisario y llegó la orden de allanamiento. Cuando fueron de vuelta a la casa, él ya no estaba; no había nadie», contó el padre.
Los agentes tomaron contacto con amigos, vecinos, familiares y otras personas que pudieran aportar datos para que se esclareciera el hecho. Se llegó a la conclusión de que Leila podía encontrarse en la casa familiar de su exnovio, en la localidad de San Bartolomé, 20 kilómetros al sur de La Francia.
Finalmente, en horas de la madrugada del martes, la chica que estaba siendo buscada y su expareja, se presentaron en la dependencia policial de esa población.
Tras la solicitud de directivas a la Fiscalía de Arroyito –interviniente en ese momento-, se determinó que la chica, días atrás, había efectuado una denuncia por violencia contra el joven, en la Comisaría de nuestra ciudad. Por ese motivo se interpuso una medida cautelar de impedimento de contacto. Según había explicado el comisario Angulo, la pareja estaba cometiendo un delito cuando hizo caso omiso a la orden judicial. Por lo tanto, los jóvenes quedaron detenidos.
«Me llamaron y me dijeron que la encontraron y que la traían para acá. Que primero la iban a llevar al médico. A las seis de la mañana me llamaron diciendo que ya estaba, entonces fui a buscarla», comentó Marcelo, que no sabía que su hija iba a quedar detenida. «Me dijeron que le llevara un desayuno y un abrigo porque iba a quedar ahí. Hice todos los pasos como me dijeron, pensando que iba a ser a lo sumo un día. Llegó la noche y no me la dieron porque tenía una audiencia [el miércoles] a las once», relató consternado. «Pasó las noches del martes y miércoles ahí».
Ludueña afirmó que los dos jóvenes detenidos quedaron separados a dos metros de distancia en la comisaría y que el muchacho «le seguía gritando cosas y amenazando» a Leila.
Durante la relación de diez meses con su hija, «este chico la amenazaba, la encerraba en la pieza y no la dejaba salir; le rompía los teléfonos», dijo el padre. «A fines de mayo tuvimos que hacer la denuncia porque hasta la había arrastrado por el piso en la vía pública».
Entrevista con Marcelo Ludueña:
La palabra del abogado
Guillermo Flores, defensor de la familia Ludueña, también habló por FM Top 99.9 cuando Leila aún estaba detenida, y apuntó con dureza a la labor de Fiscalía: «Veo que en el Poder Judicial se trabaja con una falta de criterio que lamentablemente hoy la tiene que estar sufriendo una víctima. Se hacen tantas marchas por lo que se denominó Ni Una Menos, por la violencia de género, y hoy estamos esperando que dejen en libertad a la víctima. Está detenida quien el 31 de mayo hizo la denuncia por lesiones, amenazas, daños y privación de la libertad. Estamos hablando de una víctima; no es una delincuente».
«Esto pasa por la inacción de la justicia. Leila hizo la denuncia el 31 de mayo. Han pasado tres meses y recién ahora están decretando que se le realice el psicodiagnóstico, tanto a ella como a Gallegos», aseveró enfáticamente el letrado.
«Si bien ella es la denunciante y el impedimento de contacto es recíproco, hoy por hoy Leila se encuentra detenida porque supuestamente manifestó que ella se había ido [a San Bartolomé] por sus propios medios», explicó Flores, al tiempo que afirmó que cuando la policía indagó a la chica,«ella tenía al lado a la persona que le estuvo pegando y la tuvo encerrada. ¿Qué iba a decir? Obviamente que iba a decir eso».
Además, el legista se refirió a las condiciones en las que estuvo encerrada la joven: «Las instalaciones dejan mucho que desear y encima el tipo abría la puerta del calabozo donde él estaba, pasaba por el patio, y se iba a la celda donde estaba ella a molestarla y a seguirla amenazando. Estamos todos locos».
Gallegos fue enviado a San Francisco ayer miércoles a las 14:00 horas, a pedido del abogado: «Tuve que venir y poner el grito en el cielo para que tomaran una medida y que lo sacaran de ese lugar».
Flores estuvo en la Fiscalía desde hoy a las 8:00 de la mañana, esperando que llevaran nuevamente a declarar a Leila, y, según el abogado, dos horas después la policía le manifestó que no tenía móvil para trasladarla. Finalmente, pasadas las 11:00, se concretó la declaración, que duró 20 minutos, y la chica recuperó la libertad hoy a la tarde.
Entrevista con Guillermo Flores: