Waty Meurzet confesó que fue abusada por su tío

Ocurrió cuando la profesora de educación física tenía 10 años. Su relato publicado en Facebook se viraliza con mensajes de apoyo.

“Mirá cómo nos ponemos”, comienza el escalofriante relato de la instructora de crossfit y otras actividades físicas, oriunda de Balnearia, pero hoy vecina de Arroyito, conocida como Waty Meurzet. Son las mismas palabras que tantas otras mujeres están escribiendo hoy, para transmitir alguna vivencia personal relacionada a la violencia machista, o para solidarizarse con otras que la padecieron.

Hace unas horas, Waty utilizó su cuenta personal de la red social Facebook, describiendo un triste suceso que padeció en su niñez.

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“Ese domingo fui a festejar los 92 años de mi nona. Ese día me puse el enterizo de jean y el pulóver amarillo que mi mamá dejó en mi cama. Al llegar, ansiosa por jugar con mis primos que veía esporádicamente, me fui corriendo al patio, y ahí estaba… el tío que, cuando me saludaba siempre tenía olor a alcohol. Esta vez no era la excepción. No sé cómo, ni en qué momento (o quizás mi mente pudo borrar esa parte) me quedé sola con él. Me dijo`vení´. Y mi inocencia de niña no percibió el peligro, era mi tío, era confiable… “, contó la profesora de actividad física, al tiempo que detalló que “Todo pasó muy rápido o quizás mi mente confusa no puede armar una cronología… Pero hay algo que no se me olvida, y una imagen tan clara, que duele profundo. Ahí estoy, como si me viese desde afuera. Parada, tiesa y totalmente paralizada. Mientras él, mi tío, metió su mano por dentro de mi enterizo y por debajo de mi bombacha de nena, y comenzó a tocarme… Sí, tocarme, manosearme, meter sus dedos de adulto en mis genitales… Por dentro era un torbellino de emociones queriendo explotar y, por fuera, simplemente una estatua. Arrodillado a mi espalda, susurró `VAMOS A CULIAR`, con su voz claramente agitada, mientras no dejaba de mover sus manos. Con 10 años, vagamente había escuchado esa palabra, pero supe en ese instante que no era ningún juego de niños… Continuó durante lo que yo creí una eternidad hasta que, a lo lejos, se oyeron las voces de mis primos que volvían… Nunca lo supieron, pero en ese instante salvaron la poca inocencia que me quedaba… “.

Meurzet agregó también “Tuve el valor para contarlo casi 10 años después. Durante mucho tiempo me creí que no había sido real, después supe que para superar situaciones tan traumáticas, la mente pone en duda la veracidad de estos hechos. Cuando lo conté, lo hice con VERGÜENZA, con mucho dolor (que no se va ni aun cuando lo creés haber superado), pero sobre todo VERGÜENZA. Hoy lo comparto porque no puedo dejar de pensar que si hubiese hablado antes, quizás, yo hubiese sido la última víctima del `Tio Polo`… lo comparto para que vos MAMÁ o PAPÁ entiendas la importancia de darles a tus hijos el espacio y la confianza suficiente para que HABLEN a tiempo”.

A continuación explicó que “Lo comparto por la impotencia de oír cómo aún hoy, juzgamos a las víctimas como si fueran victimarios. Lo comparto porque aún hoy, casi 20 años después, cierro los ojos y puedo sentir el horror de sus dedos sobre mí. Lo comparto porque no hay que callar más, porque la vergüenza tiene que ser de ellos. Lo comparto porque cuando pude hablar pude ponerle palabras a mi dolor, y entender que YO NO TUVE LA CULPA DE NADA”.

Por su parte, hace minutos, Waty dijo a EL ARROYITENSE que “Con toda esta movida muchas chicas me escribieron contándome de sus experiencias con abusadores. Gracias por compartirlo… ¡No nos podemos callar más! GRACIAS!!!”.

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