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Contrapunto sobre el aborto: opinan Georgina Roberts y Mariano Acosta

Dos profesionales arroyitenses opinan sobre la despenalización. La abogada, a favor, y el Prof. Lic., en contra. 

Aborto, un debate que llega por primera vez al Poder Legislativo nacional, después de 11 años, en los que hubo varios intentos frustrados para que se discutiera el proyecto en el Congreso. La iniciativa que impulsa la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que nuclea a un importante colectivo de organizaciones sociales, fue presentada por primera vez en 2006. Solo pudo debatirse a nivel de comisión en cuatro oportunidades, siempre por legisladores opositores al Poder Ejecutivo. Al inaugurarse el período de sesiones ordinarias 2018, el presidente Mauricio Macri dio luz verde al tratamiento del proyecto. Lo hizo en una reunión con los jefes parlamentarios del bloque oficialista. Tras escuchar a 738 oradores, que expusieron a lo largo de 15 audiencias abiertas que se desarrollaron desde el último 10 de abril, el debate culminará con la firma del dictamen en el que trabajan contrarreloj los diputados, para que se logre firmar el despacho mañana martes y tratarlo el miércoles en el recinto, desde donde si se aprueba, pasará al Senado.

Según Telam, los sondeos realizados por periodistas acreditados en el Congreso sostienen que la iniciativa suma 118 votos en contra y 107 a favor de la despenalización del aborto; mientras que 29 legisladores integran el bloque de indecisos. Además está el presidente Emilio Monzó, que no definió su postura y que debería interceder, solo en caso de empate.

Para el proyecto final se estudian cambios, entre los que se analiza la incorporación de la objeción de consciencia, que habilitaría a los profesionales a ejercerla de manera individual, pero no así a las instituciones de salud. Otra de las modificaciones está vinculada al artículo que habilita a las adolescentes de entre 13 y 16 años a practicarse un aborto sin la autorización de los padres, punto que quieren eliminar para que esa situación quede supeditada a lo dispuesto por el Código Civil y Comercial. También se pretende contemplar el aborto después de la semana 14 en casos de “malformaciones fetales graves incompatibles con la vida intrauterina” y de violación, en los que bastaría una declaración jurada de la mujer para realizar la práctica, sin que medie intervención judicial. Una última modificación consistiría en que se ponga a disposición de las mujeres que manifiesten voluntad de abortar, la información necesaria para que tomen la decisión, que incluiría un período de reflexión obligatoria, e incorporaría medidas para el refuerzo de la educación sexual, además de la creación de conserjerías de atención integral a cargo de equipos interdisciplinarios para el acompañamiento de la mujer antes y después de la interrupción del embarazo.  

Fuentes: Telam – Telesur – La Voz.

A continuación, compartimos las posturas de la abogada Georgina Roberts, a favor, y del profesor licenciado Mariano Acosta, en contra, de la despenalización del aborto.

Aborto. Como una cuestión de salud pública y no un debate moral

¿De qué hablamos cuando hablamos de aborto? Al momento de tocar un tema tan sensible en la sociedad actual surgen, de manera inmediata, distintas posturas sobre éste, muchas de ellas tomadas desde una perspectiva moral. Discutimos si el aborto debe ser legal o no con argumentos que se refieren a una cuestión absolutamente distinta –si abortar está bien o está mal-. Esto distorsiona lo que es una discusión de política pública transformándola en un debate moral.

Cada persona puede formar de un modo individual su opinión acerca de si interrumpir un embarazo es un acto bueno o malo, pero el debate que se está dando hoy en la Argentina versa sobre la legalización del aborto, no se discute si estamos a favor o en contra de la vida, no se discute científica o filosóficamente acerca de cuándo comienza la vida. Discutir sobre aborto es discutir sobre si éste se volverá legal o seguirá siendo clandestino, ya que la realidad nos golpea la cara a todos. Más de medio millón de abortos por año se realizan en nuestro país, porque con ley o sin ley las mujeres abortan.

Desde el momento en que entendemos esto, la moralidad deja de tener sentido y es allí donde debemos pasar al terreno que nos importa: el legal. Debatir el aborto llevándolo al terreno de la justicia, la mujer que tomó la decisión personal de abortar lo hará, el problema es ¿cómo?, muy sencillo: aquella que dispone de los recursos económicos suficientes puede contactar una clínica –clandestina- con un profesional que le realizará el aborto farmacológica o quirúrgicamente sin someterla a ningún tipo de riesgo. Por el contrario, las mujeres pobres deben acudir a métodos absolutamente peligrosos e insalubres (abortos con ramas de perejil, con agujas de tejer, con oxaprost/misoprostol mal administrado) y ahí, muchas de ellas, mueren. Solas, desamparadas, estigmatizadas y criminalizadas.

Esto quiere decir que estamos frente a una problemática de clase. Entonces acá tiene que aparecer el Estado legislando. Las leyes deben regular las situaciones reales que ocurren en el día a día de los ciudadanos de un país. Si las leyes no legislan interpretando la realidad dejan de tener sentido, pierden su razón de ser. Reconocer esto no implica ser anti vida. Quiero una ley de aborto legal, seguro y gratuito que regule lo que le pasa a miles de mujeres y permita romper con la desigualdad.

La discusión no es aborto sí o aborto no, en todo caso ése será un debate interno y personal al que se enfrentará la mujer cuando se entere de que está embarazada, y nadie puede inmiscuirse en el ámbito de su intimidad. Ser madre implica una responsabilidad vitalicia y todas tenemos derecho a planificar y elegir si estamos preparadas para eso y cuándo. La maternidad no es el destino obligado de la mujer y nadie tiene derecho a pasar por encima de la decisión de no ser madre imponiendo creencias ajenas, morales y clericales.

La discusión que se está dando en nuestro Congreso Nacional versa sobre si las mujeres que ya decidieron abortar, podrán hacerlo con las mismas seguridades clínicas independientemente de su condición económica. El aborto en Argentina es un hecho y desconocerlo es simplemente una necedad y una hipocresía. Legalizar el aborto no implica aumentar el número de abortos que se realizan sino disminuir las muertes por abortos clandestinos mal realizados.

Como sociedad tenemos que hacernos cargo y el Estado responsabilizarse, educar (en Argentina contamos con una ley de educación sexual integral desde el año 2006 que no se aplica. En las escuelas de sexualidad no se habla. La educación es la clave, la demanda es información, introducción de los estudiantes al mundo del sexo y de la anticoncepción, con la ruptura de tabúes y prejuicios), brindar anticonceptivos de manera gratuita para prevenir embarazos no deseados y para permitir que aquella mujer que desea abortar pueda hacerlo de manera segura.

Es una cuestión de salud pública que termina con el negocio farmacológico y el de los abortos privados: un negocio millonario que sigue cosificando el cuerpo de las mujeres poniéndole un precio que solo acceden a pagar unas pocas. Porque legalizar el aborto es una cuestión de equidad y de justicia social, la prohibición de éste solo genera desigualdad entre ricas y pobres, ya que su penalización no inhibe a las mujeres que se lo practican, solo convierte a los abortos en clandestinos. Porque igual nos embarazamos, igual abortamos y, frente a esa realidad, nos empoderamos y exigimos que se escuchen nuestras necesidades. Abortar es un derecho y las mujeres en la Argentina hoy estamos decididas a conquistar nuestra propia libertad.

Abogada Georgina Roberts

¿Hay una vida más valiosa que otra?

Sin pretender agotarlos, comparto estos fundamentos sobre los que baso mi postura contraria al proyecto de ley denominado “Interrupción voluntaria del embarazo”.

Fundamentos biológicos

  • ¿Cuál es el momento del inicio de la vida? Dice la Academia Nacional de Medicina que el comienzo no es un instante sino un continuado. Inicia con la penetración del óvulo por el esperma y la inmediata acción de este preparándose para unir ambas informaciones genéticas.
  • De la unión de las células progenitoras, surge un ser diferente. Ese ser es, el más desprotegido de la especie humana.
  • «Biológicamente, la vida humana empieza cuando se fusionan el espermatozoide y el óvulo”, dice el doctor Edgardo Young, especialista en ginecología y fertilización asistida y miembro titular de la Academia Nacional de Medicina.

Fundamentos jurídicos

  • El feto no existe, lo que existe es el niño; así lo dispone el Art. 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que tiene rango constitucional. En el Art. 3 dice que ante el conflicto de derechos, prevalecen los intereses del niño.
  • Y, como sostiene Rafael Velasco, cuando hay un choque entre dos derechos, “el estado debe decidir cuál va a priorizar. Y por definición, el estado debe defender al más débil. Y aquí, más allá del sufrimiento de la mujer que quiere interrumpir su embarazo [y que tiene otras opciones, por ejemplo entregar el niño en adopción], el más débil es el que no puede expresar sus argumentos y no tiene otra opción: el niño por nacer.”
  • El artículo 86 inciso 2º del Código Penal establece que el aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada, no es punible bajo dos supuestos: “1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios. 2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”. Así está dispuesto desde 1921.
  • En el año 2012 la Corte Suprema de Justicia de la Nación precisó el alcance del aborto no punible [que no merece castigo] y estableció que todas las mujeres tienen derecho a realizar esta práctica si el embarazo resultara de una violación, y no sólo en caso de discapacidad mental. Hasta ese momento era común la interpretación judicial que para ser no punible el aborto, el embarazo debía ser producto de una violación a una mujer con discapacidad mental.
  • Para el resto de los casos el aborto que es un hecho, no es un derecho. Derecho es nacer y vivir.
  • En aras de defender el legítimo derecho de la mujer a vivir con dignidad, con el aborto se tira por la borda el legítimo derecho a vivir de una persona que según la ley, existe.

Fundamentos políticos

  • La discusión sobre el aborto desvía la discusión de temas más graves y urgentes. La discusión de fondo debe hacerse sobre la pobreza y sus consecuencias, que en este momento afectan a 1 de cada 3 argentinos. La mayor tragedia es la pobreza. Y la pobreza es el mayor factor de riesgo asociado a la mortalidad materna.
  • Si el tema es importante y urgente ¿Cuál es la razón por la que no estuvo presente en las plataformas electorales de los partidos que llegaron Congreso el año pasado?

Fundamentos económicos

  • En los últimos días se han denunciado maniobras, presiones y hasta amenazas de obispos y grupos “pro vida” sobre diputados que decidieron su voto a favor del aborto y de aquellos que permanecen indecisos. Algo que, de ser verdad, es repudiable. Sin embargo, poco se ha dicho sobre cómo se financia la “Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito”, impulsora de la ley que se debate en diputados. Este colectivo de organizaciones recibe anualmente US$ 20.000 del Fondo Global de Mujeres, una organización mundial creada en Estados Unidos cuya misión es direccionar sus donativos a organizaciones que promueven campañas para “la despenalización del aborto”.
  • El Banco Mundial se ha pronunciado en diversas oportunidades a favor del aborto. ¿La razón? Que el acceso al aborto mejora la capacidad de las mujeres en la esfera económica. Libradas del hijo, pueden seguir trabajando. Produciendo más.
  • Los países llamados desarrollados que han aprobado la legalización lo han hecho para beneficiar a las mujeres de clase media que no quieren interrumpir sus carreras por un embarazo imprevisto. No ha sido para beneficiar a las mujeres de los sectores más pobres, como se plantea en nuestro país.

Fundamentos sanitarios

  • Los defensores del aborto insisten que debe atenderse el tema por ser la principal emergencia sanitaria del país. Pero… ¿Cuántas son las muertes por aborto provocado? El Ministerio de Salud de la Nación, en el Anuario de Estadísticas Vitales, dice que en el año 2016 fueron 43. En Córdoba 1. En esas 43 no se distingue entre abortos procurados y los que no lo son.
  • Ese mismo anuario dice que el total de muertes maternas en el 2016 fue de 245 mujeres en todo el país. Si resto las 43 por abortos… ¿de qué murieron las otras 202 mujeres? Estas 202 mujeres mueren por causas evitables y son consecuencia de deficiente atención en la salud pública, algo de lo que pocos se ocupan. Murieron además 525 mujeres por deficiencias nutricionales, algo que se resuelve con “alimentos”. Murieron 233 por tuberculosis, 194 por Chagas y 2 por tétano. Porque en nuestro país aún se muere por estas causas.
  • Quienes defienden el aborto, esgrimen estadísticas descabelladas. Por ejemplo, se nos ha dicho que en Argentina se practican 500 mil abortos clandestinos por año, cifra ciertamente ridícula si tomamos en cuenta que en nuestro país nacen 700 mil argentinos por año.
  • Es real que nuestro país no tiene un sistema bien pensado de acompañamiento de los embarazos no deseados. Pero… ¿puede ser la solución a esto legalizar el aborto?
  • “La despenalización del aborto no puede asimilarse a una política de salud dado que el embarazo no es una enfermedad y el aborto no es su cura”, como expresa en su Editorial el diario La Nación.

Fundamentos psicológicos

  • ¿Cuáles son los riesgos posibles emocionales o psicólogos después de realizar un aborto? Está comprobado que la sintomatología post aborto es compleja; entre los principales síntomas se destacan la depresión, la ansiedad, la vergüenza, la pérdida de la autoestima, y la culpa.

Fundamentos humanitarios

  • ¿Son humanitarias las razones abortistas? Entiendo que no. Son económicas, ideológicas, políticas… pero no humanitarias. Como sostiene Agustín Laje “Una razón verdaderamente humana consiste en pedir por un sistema de salud que no quite vidas sino que las salve.” Y agrego, esta razón se corresponde con una mirada progresista y desarrollada. Lo contrario, atrasa.

Finalmente, me pregunto:

  • ¿Hay vidas de primera y vidas de segunda?
  • ¿Por qué razón en más de 10 años ninguna de las organizaciones que defiende el aborto ha realizado una sola denuncia de muerte por esa causa?
  • ¿Se soluciona el problema de vulnerabilidad de una mujer eliminado un hijo?
  • ¿Es el cuerpo de la mujer una su propiedad privada, que la libera de responsabilidad por la vida por nacer?
  • ¿Puede una vida ser erradicada por no deseada?
  • ¿Puede un bien lograrse con un mal?

Finalmente, estoy de acuerdo en que hay que visibilizar y sacar del silencio esta realidad, pero de manera integral, con estadísticas confiables, sin maniobras distractivas y sin descalificaciones de argumentos ni personas.

Prof. Lic. Mariano Oscar Acosta